Allende 1970-2021. Diario confuso y bastardo. 15 de septiembre 1973
Certidumbres e incertidumbres. El hombre es un animal social y 2 más 2 son 4.
Animal social!
En la clandestinidad se aprende que una de las cosas más importantes, sí no la más importante, es saber donde dormir esta noche.
Se aprende que el miedo puede transformar viejos conocidos, presuntos amigos, en delatores.
Y que desconocidos te pueden albergar en sus casas, a veces sin preguntarte quien eres.
Según Annah Arendt, el mal es banal.
O sea, se hace del mal porque es normal, porque así hacen todos, porque es lógico, porque la seguridad, la tradición, la causa, la prosperidad… lo imponen.
Y porque es superfluo preguntarse que sucederá a nuestras Ana Frank, a nuestros Papelucho, a nuestros Manuel Rodríguez, a nuestros extranjeros!
Rolando, era un viejo amigo, o así lo creía.
A las 6, 00 de la tarde me entreabrio la puerta y me dijo: Lo lamento. No puedo hacerte entrar. Tengo familia.
A las 8,00 de la tarde iniciaba el toque de queda. Estar en la calle equivalía, casi, a una sentencia ejecutada.
No recuerdo el apellido de Rolando pero lo más curioso es que tampoco recuerdo el nombre de la pareja que encontré en la calle y me llevó a su casa.
O a lo mejor, no nos preguntamos el nombre.
Era más seguro para todos.
Pero sí recuerdo que compartimos el pan y el café.
Sí, el mal, como el bien, pueden ser banales.
Pero, un torturador es banal?
Un asesino serial es sólo producto de madre naturaleza, de un cocktail de drogas, de traumas infantiles variados y graves, de una enfermedad incurable llamada ambición aliñada con el odio feroz e inexplicable hacia sus teóricos semejantes?
Qué cortocircuito mental permite aplicar electricidad a los genitales, hacer violar una mujer por un perro o arrojar un niño al aire para recibirlo con las bayonetas?
Y cómo llamar la locura que lleva torturadores y mandantes a apoderarse del hijo de la madre que se acaba de asesinar para criarlo como si fuese un hijo propio?
Serian también estos hombres y mujeres sociales?
Estimado Pitagoras, estás seguro que 2 más 2 son siempre 4?
Dedico esta poesia del uruguayo Mario Benedetti -que ayer estuvo de cumpleaños- en la version de la Argentina Nacha Guevara, a mis inolvidables amigos NN de esa noche de septiembre de 1973