Tierra, agua, aire: fuego – parte 2

Tierra, agua, aire: fuego – parte 2

6.- Figuras de reparto del documental sobre la fase actual del saqueo.

  • Actores principales: Las grandes corporaciones.
    Algunas quieren el litio, otras la soya, otras el océano, otras las carreteras, otras los teléfonos, otras la montañas, otras la agroindustria, otras la biodiversidad, los bosques y los principios farmacéuticos … Quizás, pero no es seguro, por ahora no les interesa el perejil.
  • Actores secundarios y actores invitados: El Narcotráfico y los Paramilitares.
    Porque protagonizan capítulos específicos de la saga, a veces parecieran ser los actores principales.
    Lo son cuanto lo fue Giovanni Battista Bugatti, “Mastro Titta”, célebre ejecutor de las sentencias capitales del Estado Pontificio, “er boja de Roma” (el verdugo de Roma) en romanesco.
  • Directores: Gobiernos nacionales.
    A veces parecen indecisos, torpes, incapaces. No se puede excluir que lo sean. Pero en tal caso son gobiernos precisamente porque tales.
    Quiero decir que Duque y Lacalle están ahí precisamente porque son lo que son. Y no resulta de ninguna parte que la burguesía colombiana o uruguaya (y sus referentes externos, off course), hayan pensado alguna vez a Gabriel García Márquez o a Mario Benedetti como presidentes.
    A quienes tengan dudas sobre los requisitos necesarios a un presidente sugiero la visión de la serie colombiana dedicada al fundador de la dinastía al poder en Bogotá. La primera entrega, “Gonzalo Guillén cuenta la verdad del Matarife innombrable y paramilitar Alvaro Uribe Vélez”, en https://youtu.be/Z9XPXZcYhVl.

7.- La primera cuestión a aclarar es la magnitud de las tierras que constituyen la apuesta.
Documentando las cifras país por país, el Informe IPDRS estima que en disputa se halla la mitad de la entera superficie latinoamericana.
Es aquella mitad del territorio que, a pesar de los más de cinco siglos de colonización, aún esta fuera del control de las oligarquías de la tierra y de las multinacionales.
Es para establecer su control directo sobre estos territorios que oligarquías y multinacionales se hallan empeñadas en expulsar pueblos.
Dicha expulsión es propedéutica a su reorganización en función de sus intereses y ganancias.
Luego, aunque “las formas van salvaguardadas en la medida de lo posible”, las caraterísticas específicas que toma la expulsión de los pueblos no es ni de lejos el problema principal.
Lo dicen con toda la hipocresía que les es propia:
“Desgraciadamente, este proceso (la expulsión) puede tomar distintas formas (incluida la extinción)”.
Incluyen siempre el adverbio “desgraciadamente” por razones publicitarias y de confesionario.

8.- Por sus dimensiones, el caso más emblemático es obviamente Brasil.
En plena pandemia de corona virus, Sebastião Salgado hizó un llamado internacional a defender la sobrevivencia de los indígenas amazónicos:
“Hay en curso una invasión masiva de los territorios indígenas por parte de buscadores de oro, de taladores, de sectas y de granjeros. Todos roban tierras. Si no sacamos a esta gente, se corre el riesgo de transmitir a los indígenas el coronavirus y de vivir una catástrofe. Yo llamo esta eliminación de una etnia, genocidio. Creo que el gobierno de Bolsonaro lo quiere. Su posición desde que llegó al poder es 100 por ciento contraria a la existencia misma de los indígenas.” (“El mañanero diario”, 23 de mayo de 2020, https://www.elmananerodiario.com/plena-epidemia-salgado-advierte-genocidio-pueblos-amazonicos/ El llamado de Salgado fue compartido por cientos de miles de personas en todo el mundo., Desgraciadamente, hasta ahora no ha aportado nada, o casi, a la solución del problema. Ello no invalida su importancia.

9.- En Brasil, las tierras de los pueblos originarios suman 110 millones de hectáreas.
A estas deben agregarse 100 millones de hectáreas de las “Unidades territoriales de conservación”, la mitad de las cuales está bajo control de poblaciones tradicionales: seringueiros (recolectores de caucho), pescadores, ribereños, guerreiras do babaçu (mujeres quebradoras de coco de la palma babaçu), comunidades de pastoreo, etecetera.
También hay que agregar:

  • 88 millones de hectáreas de asentamientos de reforma agraria;
  • 40 millones propiedad de quilombos/palenques reconocidos por el Estado;
    Quilombos son las comunidades fundadas por esclavos africanos huidos de las plantaciones donde eran prisioneros en la época de la esclavitud.
    Palenques son las aldeas escondidas en las selvas de la América colonial española formadas por esclavos fugitivos e indios.
  • 71 millones de hectáreas de pequeños establecimientos campesinos con menos de 100 hectáreas cada uno.
    O sea,
  • en Brasil están en disputa poco más de 400 millones de hectáreas.
  • más del 45% del territorio brasileño todavía sigue siendo usado por grupos que escapan al control de las oligarquías latifundistas multinacionales.
    Si se considera que la superficie de la República Federal de Brasil supera los 8,5 millones de km², equivalentes al 47,3% del territorio sudamericano,
  • sólo los territorios brasileños en disputa equivalen a la casi totalidad del restante territorio sudamericano.

10.- Todas estas áreas de uso común están siendo atacadas por las multinacionales de la soya, de la palma, de la agroindustria, de los cultivos OGM, de la ganadería intensiva, de la minería, de las grandes obras de infraestructura …
Porque desde siempre “a la guerra se va como a la guerra”, la lógica de los señores (“por cuanto lamentable sea, el progreso bien puede exigir el sacrificio de algunos indígenas”), habría sido subscrita sin vacilaciones por cualquier jefe de cualquier tribú “horrendamente atrasada y primitiva”.
Como escribio años atrás el entonces presidente de Perú interpretando la opinión de las oligarquías y de las transnacionales: “El problema no es el racismo. El problema es que las comunidades indígenas son como el perro del hortolano: no hacen ni dejan hacer” (Alan García Pérez, “El síndrome del perro del hortelano”, “El comercio”, 28 de octubre de 2007, http://peruesmas.com/biblioteca-jorge/Alan-Garcia-Perez-y-el-perro-del-hortelano.pdf).
Sólo en relación al agua, el IPDRS identifica 223 focos permanentes de disputas violentas en Brasil.
¿Sucede sólo ahora que gobierna Bolsonaro? ¡Ojalá!
El “Informe 2018” señala: “Tales disputas se han incrementado abruptamente a partir de 2010”.
Preciso yo: 2010 fue el último año del segundo periodo presidencial de Lula.

11.- El informe del IPDRS establece que en diciembre de 2019 en Chile 129 comunas (de las 345 en que se divide el país) fueron objeto de decretos específicos en relación a crisis derivadas de escasez hídrica. De estas 119, o sea practicamente todas, fueron declaradas en estado de emergencia.
Sobre la situación chilena profundiza un informe publicado el 5 de junio de 2020, en coincidencia con el “Día internacional del Medio ambiente”, por la “Fundación Amulén”, que se ocupa especificamente de los problemas ligados al agua (https://edition.cnn.com/desafiotierra/victimas-sequia-chile-mas-agua-persona-mundo_20191226/).
Este informe establece la perfecta coincidencia entre las comunas carentes de agua potable y las comunas con mayor inequidad social en el país y demuestra que Chile es uno de los países con mayor disponibilidad de agua por persona a nivel mundial.
Hablando de la sequía, reconoce que en la chilena influye ciertamente el cambio climático en curso, pero “la escasez de agua se ha agudizado por la privatización del agua y la desaparición de las empresas municipales”.

Hasta ahora, subrayo hasta ahora, Chile es el único país del mundo en el cual el Estado se desentiende completamente del control o regulación de este recurso.
No se trata de otra de las tantas fechorías y atropellos cometidas por la dictadura de Augusto Pinochet (septiembre 1973-marzo 1990).
Cuando esta fechoría se realizó, el vámpiro se había vuelto a casa desde hacía más de 10 años.
La eliminación del servicio público y la completa privatización del agua fue obra del gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006).
Para ser precisos: Lagos era – y es – militante socialista. Su gobierno se definía – y sigue siendo definido – como un gobierno de centro-izquierda.

Continua..

Rodrigo Andrea Rivas

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