Viva Perú carajo!
Foto: John Reyes / La República
En los años ’30 del siglo pasado, la democracia española combatía su larga y solitaria guerra contra el fascismo.
Abandonada por casi todos, sola contra el ejército español, tropas marroquíes, batallones mussolinianos y aviones hitlerianos, la democracia derrotada entró en un largo letargo.
Entre los que no abandonaron la joven república se contó buena parte de los mejores poetas, musicos, fotografos y escritores de la época (“Te recuerdas Miguel? Te recuerdas Federico?”)
Entre ellos se encontraba el gran poeta peruano César Vallejo.
César acompañó los comatientes republicanos por montañas, colinas y valles, dedicándoles muchas de sus poesías, .entre ellas “Masa”.
Sintiendo de Pedro Castillo y de su victoria contra la mafia, la oligarquia, los inquisidores, los marqueses y los hombres medioevales, se me ocurrio que el republicano español muerto era como el Perú del 2021.
Cuando bajan las mujeres de Ayacucho y las señoritas de Tacna se ponen a bailar un landó con los morenos de la costa,
el cóndor pasa,
el cajón se enciende,
La guitarra se encabrita,
los pañuelos vuelan,
Lázaro se levanta.
Masa
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar…