Recordando Patrice Lumumba
Octubre 2019: del COVID 19 nadie había escuchado hablar aún cuando, en Washington, el Banco Mundial (BM) se felicitaba por la disminución de la pobreza (gracias a China):
“Si las circunstancias no cambian, la tasa de pobreza global disminuirá al 23% en 2030 (…) La pobreza mundial será cada vez más africana, del 55% del 2015 al 90% del 2030”.
¡En 2015 sólo el 55% dei pobres del mundo vivían en África. En 2030 vivirá el 90%!
Para el BM se trataba de un gran resultado.
A mi me parecio y me parece un film satánico en cuyo póster de presentación descuella el nombre del villano principal: BM.
A finales de la Segunda Guerra Mundial, los países europeos estaban destruidos y endeudados. Carreteras, puentes, puertos, sistemas eléctricos, campos y producción de alimentos …, todo lo que había sido construido gracias a la explotación interna y a la sobre-explotación de las colonias, estaba hecho pedazos.
Desde este punto de vista no es extraño que en las colonias se intensificaran el trabajo forzado, la occupación militar de enteras poblaciones y el saqueo de las materias primas.
Porque los colonialistas tenían muchas necesidades y poco dinero, en su ayuda llegó el BM concediendo enormes préstamos a Bélgica, Francia e Inghilterra. Nunca satisfechos, la trimurti (los “tres aspectos” de una divinidad o de la divinidad suprema en sánscrito), hicieron presente al vámpiro que “la carga del hombre blanco” los obligaba a ayudar sus colonias.
Luego, los préstamos fueron concedidos formalmente a las colonias.
Los préstamos concedidos a Bélgica habrían sido pagados por la República Democrática del Congo, por Ruanda y por Burundi.
Los franceses habrían sido pagados por Argelia, Gabón, Mauritania, Senegal, Malí, Guinea-Conakry, Costa de Marfil, Níger, Burkina Faso y Benin.
Los ingleses por Kenya, Uganda, Tanzania, Zimbabue, Zambia, Nigeria y Guyana Inglesa (América del Sur).
El aumento brutal del taso de explotación provocaba en las colonias una serie de huelgas, insurrecciones y choques armados hasta que las luchas anticolonialistas desembocaban en la descolonización.
En Congo belga, la deuda externa aumentaba fuertemente por los préstamos concedidos por el BM a Bélgica, a los cuales se agregaron otros préstamos específicos como los destinados a reactivar la mina de uranio Shinkolobwe.
Para construir la primera bomba atómica, los Estados Unidos (USA) habían adquirido 1.200 toneladas de uranio de la compañía belga Union Minière de Haut Katanga, propietaria de la mina Shinkolobwe en Congo. En el segundo postguerra, los USA continuaron a reforzar sus programas nucleares. El uranio mejor era el de Congo. Para procesarlo, “se hicieron grandes inversiones para construir una planta cerca de Shinkolobwe. El BM concedió un préstamo de 70 millones de dólares a Bélgica para mejorar la infraestructura congolés y facilitar la exportación del uranio” (Thomas Borstelmann, “Apartheid’s reluctant uncle: The United States and Southern África en the Early Cold War”, Oxford University Press 1993).
Al negocio participaron los USA, Bélgica, la Unión Minière de Haut Katanga, multinacionales de la química y de la ingeniería: Bechtel (la emoresa francesa que perdio “la guerra del agua en Cochabamba”, Bolivia, en el 2000), DuPont, Raytheon, Eastman Kodak, Union Carbide (la del desastre de Bophal, India: “La nube formada tras la pérdida de isocianato de metilo poco después de la medianoche del 3 de diciembre de 1984, mató en poco tiempo 2.259 personas y envevenó otras decenas de miles. Estimaciones de agencias gubernativas indias hablan de 15.000 muertos y de daños importantes sufridos por 558.125 personas, de las cuales unas 3.900 permanentemente invalidas de nivel grave” (Davide Lazzerini, “25 anni dopo il disastro di Bhopal arrivano las prime sentenze”, “25 años después del desastre de Bhopal llegan las primeras sentencias”, “Focus” 18 de julio de 2010), Pan American Airways, que transportó ilegalmente el uranio, Caltex (California Texas Oil Company), que dió cobertura a los agentes secretos estadounidenses de la OSS (Oficina de Servicio Estratégico).
Como un virus, la deuda se transmitió a la población congolés.
Es una deuda injusta desde cualquier punto de vista, porque ha servido exclusivamente a los intereses estadounidenses y belgas, a los de una gigantesca empresa minera y a los de otras multinacionales que, directa o indirectamente, han obtenido enormes ganancias con la producción de la bomba atómica.
Y es un deuda ilegale, injusta e inmoral. Por ejemplo, la explotación y el transporte del uranio radioactivo se realizaron sin tomar alguna medida de seguridad:
“Los trabajadores congoleses no fueron informados acerca de los riesgos para su salud y seguridad (…) y no han gozado de ningún derecho humano. La entera responsabilidad de este proceso es de Estados Unidos, Reino Unido y Bélgica (…) El transporte del uranio al interior del país, sin ninguna protección, ha producido una mutación genética de la cual somos hoy día testigos. La contaminación fue tan profunda que han nacido niños sin brazos, sin cabeza, sin piernas o sin boca. Hay muchos casos de este tipo en Lumbumbashi” (Susan Williams, “Spies in the Congo. The Race for the Ore that Built the Atomic Bomb”, Hurst & Company, Londra 2018). Podría agregar que también esiste muchos casos parecidos en Irak.
Aunque la historia contada por los históricos europeos dice otra cosa, probablemente la independencia de los países africanos y la descolonización de Asia fueron las mayores trasformaciones del siglo XX. Pero desde el punto de vista económico, la independencia africana fue un fracaso.
La política neocolonialista se ha expresado en muchas formas que resumo en tres políticas principales desarrolladas por el BM y el FMI.
- La explotación de los recursos mineros como única alternativa para los países endeudados
Al inicio de los Años ’80, la crisis sistémica tomó la forma de “Crisis de la deuda externa”. Muchos países se declararon incapaces de pagar sus deudas declarándose insolventes. La crisis fue particularmente violenta en África.
La alternativa presentada por el BM en su “Estratégia para el sector minero en África”, tenía el mérito de la simplicidad: “La recuperación del sector minero africano requiere un cambio en los objetivos de los gobiernos. Su objetivo primario debe ser maximizar las entradas tributarias a largo plazo, sin perseguir otros objetivos económicos o políticos como el control de los recursos o el mejoramiento de la ocupación” (World Bank/International Bank for Reconstruction and Development, “Estratégy for African Mining”, Washington DC 1993).
Por ende, ninguna industrializzación y ninguna preocupación por la ocupación eran permitidas.
En passant, para garantizar que la explotación minera fuese puesta al servicio del pago de la deuda, el BM imponía que las minas fuesen explotadas por sociedades privadas y que fueran cerradas las estatales.
Consecuentemente, la poca soberanía lograda por las luchas independentistas se esfumaba en términos reales, obviamente en nombre de la descolonizzación y solidaridad internacionales. - Países pobres altamente endeudados:
En 1996 el FMI anunciaba el programa de “ayuda” para los países altamente endeudados. La “Iniciativa para los Países Pobres muy Endeudados (PPME) o “Iniciativa HIPC”, incluía 33 de los 52 países africanos: Angola, Benin, Burkina Faso, Burundi, Camerún, Chad, República Democrática del Congo, Congo, Costa de Marfil, Etiopía, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial, Kenya, Liberia, Madagascar, Malawi, Malí, Mauritania, Mozambique, Níger, República Centroafricana, Ruanda, Santo Tome y Principe, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Tanzania, Togo, Uganda y Zambia.
La Iniciativa partía de una idea de base correcta: hay países que no pueden pagar su deuda. Pero, no preguntándose sobre las razones del endeudamiento, proponía como solución nuevos préstamos destinados al pago de los intereses de la deuda y exigía como contrapartida el “control del gasto público”, o sea del gasto en salud, educación, casa, pequeñas empresas industriales y agrícolas, etc.
El resultado fue el previsto por el club “Estirpe de estafadores llorones”: los países definidos pobres se empobrecieron ulteriormente porque el producto de su trabajo y de sus recursos servía sólo para pagar los intereses de la deuda. Y, naturalmente, las deudas siguieron siendo impagables. - Los malos gobiernos y la corrupción:
Desde 2011 la nueva panacea de los organismos financieros internacionales para explicar el crecimiento de la deuda son los malos gobiernos y la corrupción.
Que corrupción y malos gobiernos existan es seguramente verdadero.
Pero los primeros problemas son la deuda, los intereses y el control del capital financiero sobre la produción minera.
Tristeza não tem fin
a) La fuga de capitales:
De 1970 a 2015 los 30 países que representan el 92% del PIL del continente han perdido 1,4 billones de dólares por fuga de capitales.
Incluyendo los intereses, el valor acumulado es igual a 1,8 billones de dólares.
En el 2015 estos 30 países tenían un deuda de 496.900 millones de dólares (…)
Los países ricos de petróleo ocupan un lugar importante en la fuga de capitales: Nigeria 340 mil millones, Argelia 141 mil millones, Angola 61 mil millones, Camerún 43 mil millones.
Los países ricos de petróleo representan el 55% de la fuga de capitales del periodo (…)
Para los 30 países, la fuga de capitales representaba el 65,6% del PIL de 2015, oscilando entre el 9,9% de Egipto y el 705,9% de la República del Congo” (L. Ndikumana, James K. Boyce, “Capital Flight from África: Updated Methodology and New Estimates 2018”).
Además, existen las exportaciones subfacturadas y las importaciones sobrefacturadas.
Con la subfacturación lo que debe facturarse 100 se factura 10 ahorrándose el pago de impuestos por los otros 90 y disminuyendo de la misma cifra la repatriación de las ganancias.
Con la sobrefacturación el mecanismo funciona inversamente. Se puede comprar un lápiz que vale 1 por 100, enviando legalmente grandes cantidades de dinero al exterior.
Para mayores precisaciones se puede pedir informaciones a las compañías petrolíferas presentes en África.
b) Flujos financieros ilícitos:
aumentan con la crisis.
Entre 2004 y 2013, los africanos pasaron de 465.000 millones a más de 1 billón de dólares.
Entre otras actividades ilegales, comprenden el contrabando y el narcotráfico.
El contrabando va desde los animales a los productos forestales y minerales.
c) La puerta giratoria:
Entre 1970 y 2002, el África subsahariana recibió 294.000 millones de dólares en préstamos.
268.000 millones fueron usados para pagar las deudas.
O sea, en África quedaron solamente 26.000 millones.
Al final del periodo, la deuda había aumentado de 210.000 millones.
Viva Patrick Lumumba
El 30 de junio de 1960, durante la proclamación de la independencia del Congo, el rey belga Balduino afirmaba:
“La Independencia del Congo constituye la conclusión de la obra concebida por el genio del rey Leopoldo II, por él iniciada con coraje y tenacia y con perseverancia continuada por Bélgica. Cuando Leopoldo II ha comenzado esta gran opera que hoy llega a su culminación, no se presentó ante vosotros como conquistador sino como civilizador”.
El presidente Kasavubu respondía que los congoleses habrían sido dignos de esta herencia. Pronunciados los dos discursos oficiales, Lumumba leía un discurso no programado.
Entre otras cosas afirmaba:
“Hemos conociudo el saqueo de nuestras tierras en nombre de textos teoricamente legales cuya finalidad era establecer el derecho del más fuerte.
Hemos conocido que la ley era diversa cuando se trataba de un negro o de un blanco, ajustable para los primeros, cruel e inhumana para los otros.
Hemos conocido los sufrimientos atroces de los deportados por sus opiniones políticas o su fe religiosa: exilados en su misma patria, su suerte era peor de la muerte.
Hemos conocido las villas magníficas para los blancos y las chozas arruinadas para los negros, que un negro no fuese admitido en los cines, en los restaurantes, en los comercios “europeos”; que un negro viajase siempre en las barcazas a los pies del blanco en su camarote de lujo.
¿Quién olvidará las descargas donde han muerto tantos de nuestros hermanos o las celdas donde han sido arrojados brutalmente los que no aceptaban someterse al régimen de injusticia, opresión y explotación que los colonialistas han usado como instrumento de dominación?…
Desde hoy en adelante todo esto se terminó”.
El 30 de junio de 1960, unos 20 congoleses tenían un título universitario, de los cuales 14 lo tenían en teología.
El primero de julio recomenzaba la fuga de capitales y se exasperaba el boicotaje belga y europeo, decididos a conservar el control de la economía y de la política internacional de la recién nacida nación congolés.
El 6 de julio se amotinaba la Fuerza Pública (única fuerza armada existente en el país) después que un oficial belga había escrito en la pizarra del cuartel: “Independencia: antes = después”. Los soldados indignados saqueaban y mataban, completamente fuera de control.
El 11 de julio, la rica provincia de Katanga proclamaba la secesión empujada y seducida por la empresa belga Union Minière de Haut Katanga. La seguía poco después la región de Kasai.
Lumumba rompía con Bélgica y solicitaba el envío de tropas de la ONU.
En septiembre, era destituido por el presidente Kasavubu que lo acusaba de ser favorable a la Unión Soviética. Después de un tentativo de fuga, era arrestado por el coronel Mobutu, el mayor ladrón africano, que habría gobernado por 32 años (Helmut Strizek, “Kongo/Zaire – Ruanda – Burundi: Stabilität durch ernente Militärherrschaft? Studie zur neuen Ordnung en Zentralafrika”, 2016).
El 17 de enero de 1961, Lumumba era enviado en Katanga, donde era torturado salvajemente antes de ser asesinado junto a sus compañeros Maurice M’Polo y Robert Okito.
Para esconder toda huella de los crímenes, un empleado belga de la Union Minière de Haut Katanga disolvía sus cuerpos en una tina de ácido.
Cuarenta años más tarde, en 1999, el gobierno en ese momento liberal-socialista-ecologista de Bélgica constituía una Comisión Parlamentaria para “determinar las circunstancias exactas del asesinato de Patrice Lumumba y la eventual participación de responsables belgas”.
En 2002 la Comisión establecía:
“Se puede afirmar que el gobierno belga no ha tenido ningún respeto por la soberanía del Congo (…) La secesión del Katanga no habría sido posible sin la intervención de la Union Minière de Haut Katanga quien creò grupos militares y paramilitares para defender sus intereses en la lucha armada contra los partidarios armados de Lumumba (…) Para financiar la política contra el Gobierno de Lumumba, el Gobierno belga recurrió a fondos secretos, algunos aprobados por el parlamento, otros no (…) Ningún documento o testimonio conocido por la Comisión permite afirmar que el gobierno belga o algunos de sus miembros haya ordenado eliminar fisicamente Lumumba, pero ciertos miembros del gobierno belga y otros actores belgas tienen una responsabilidad moral en las circunstancias que llevaron a la muerte de Lumumba.”
Poco o tanto?
Probabilmente para una monarquía parlamentaria (o un parlamento monárquico) era tanto.
Seguramente para restablecer la verdad, era poquísimo.
En todo caso, era mucho menos de cuanto ha declarado el actual rey belga – en junio de 2020 – el cual ha incluso reconocido algunos excesos cometidos por el abuelo Leopoldo.
Cierto: un no rey dificilmente podría definir 10-20 millones de muertos durante su gestión personal y la creación de una situación de guerra y explotación al límite del increíble que perdura hasta hoy día, como “algunos excesos del abuelo”.
Enzo Jannacci cantaba:
“E sempre allegri bisogna stare, che il nostro piangere fa male al re. Fa male al ricco e ai cardinali, diventan tristi se noi piangiam” (Y siempre alegres hay que estar, porque nuestro llanto hace estar mal el rey. Acongoja el rico y los cardinales, se ponen tristes si nosotros lloramos).